La Universidad y Bolonia
Los medios informativos nos han ofrecido, con la entrada de la primavera, reiteradas escenas de los enfrentamientos en Barcelona, entre estudiantes anti-Bolonia y la policía autonómica.
La actuación de los “Mossos” ha creado una crisis en el gobierno que ha llevado al “conseller” a destituir al director general de la policía.
Esta noticia ha ocupado amplios y destacados espacios en los periódicos, radios y televisión. Sin embargo somos muchos los que hemos encontrado a faltar un tratamiento sobre el problema de fondo, que no reside en los golpes de porra sino en la diagnosis sobre nuestra Universidad.
Cuando la vida diaria en las aulas tenía, y tiene, pendientes muy serios debates sobre su calidad, han hecho su inoportuna aparición dos protagonistas que solo han conseguido distraernos de los auténticos problemas: en primer lugar la llamada Declaración de Bolonia 1999, y a continuación los malditos porrazos.
A los periodistas, este río revuelto les habrá ido muy bien, pero deben saber que aun tienen que referirse a los problemas serios, que son los de origen.
La Prensa podría poner en marcha lo que se conoce como periodismo de investigación, que le permitiera publicar noticias de interés:
a) Sobre los “grados”, “masters” y “doctorados” . Y como capacitan para ejercer la profesión, la docencia y la investigación.
b) Sobre la Universidad como sistema público, con becas y ayudas.
c) Sobre la posibilidad de que reciba ayuda de sectores privados, pero sin someterse a ellos.
d) Sobre la facilidad de conseguir empleo en el espacio europeo.
e) Sobre la garantía de que Bolonia no suponga una privatización.
f) Sobre la necesidad, o no, de incrementar el coste de las matrículas.
g) Sobre la suficiencia de los “grados” para cubrir, con garantías, las necesidades profesionales. Sin permitir, por tanto, que se “adelgacen” las Carreras.
h) Sobre como debe la Universidad blindarse frente a la mediocridad del país.
i) Sobre porque, y tan a menudo, los más incapaces son los más audaces en las acciones violentas.
j) Sobre la posibilidad de los estudiantes de alternar su docencia en distintos Centros europeos.
Los medios informativos nos han ofrecido, con la entrada de la primavera, reiteradas escenas de los enfrentamientos en Barcelona, entre estudiantes anti-Bolonia y la policía autonómica.
La actuación de los “Mossos” ha creado una crisis en el gobierno que ha llevado al “conseller” a destituir al director general de la policía.
Esta noticia ha ocupado amplios y destacados espacios en los periódicos, radios y televisión. Sin embargo somos muchos los que hemos encontrado a faltar un tratamiento sobre el problema de fondo, que no reside en los golpes de porra sino en la diagnosis sobre nuestra Universidad.
Cuando la vida diaria en las aulas tenía, y tiene, pendientes muy serios debates sobre su calidad, han hecho su inoportuna aparición dos protagonistas que solo han conseguido distraernos de los auténticos problemas: en primer lugar la llamada Declaración de Bolonia 1999, y a continuación los malditos porrazos.
A los periodistas, este río revuelto les habrá ido muy bien, pero deben saber que aun tienen que referirse a los problemas serios, que son los de origen.
La Prensa podría poner en marcha lo que se conoce como periodismo de investigación, que le permitiera publicar noticias de interés:
a) Sobre los “grados”, “masters” y “doctorados” . Y como capacitan para ejercer la profesión, la docencia y la investigación.
b) Sobre la Universidad como sistema público, con becas y ayudas.
c) Sobre la posibilidad de que reciba ayuda de sectores privados, pero sin someterse a ellos.
d) Sobre la facilidad de conseguir empleo en el espacio europeo.
e) Sobre la garantía de que Bolonia no suponga una privatización.
f) Sobre la necesidad, o no, de incrementar el coste de las matrículas.
g) Sobre la suficiencia de los “grados” para cubrir, con garantías, las necesidades profesionales. Sin permitir, por tanto, que se “adelgacen” las Carreras.
h) Sobre como debe la Universidad blindarse frente a la mediocridad del país.
i) Sobre porque, y tan a menudo, los más incapaces son los más audaces en las acciones violentas.
j) Sobre la posibilidad de los estudiantes de alternar su docencia en distintos Centros europeos.